viernes, 24 de mayo de 2013

Mi adorada tita María...



Queridos amigos, no puede expresar el desgarro que siento dentro de mi corazón.
Mi amiga, mi mentora, mi modelo, mi ejemplo, mi confidente, mi compañera, mi tía...
Ha muerto sin despedirse, con un leve suspiro me dejó el lunes y aún siento su presencia en cada rincón de mi existencia.

Mujer revolucionaría, en el tiempo en que las
mujeres estaban sometidas bajo el yugo de la dictadura, cogió su maleta y antes de yo
nacer en 1960, 1961 se fue a Londres, aprendió inglés trabajando como niñera, lavando platos en un restaurante y logró aprender inglés y pagarse su estancia para labrarse un futuro.

Cuando llegó a Torremolinos en el 1962, un mundo de posibilidades se le abrió, pocas personas españolas mujeres y de familia modesta trabajadora dominaban el inglés, y eso la catapultó a un importante puesto en el Hotel Meliá Torremolinos.

Primera mujer en su pueblo que se sacó el permiso de conducir y se compró su fantástico Seat blanco. Me llevaba con ella todos los días al hotel de la mano y yo aprendía nuevos idiomas, conocía a gente diversa, paseaba por el hotel como una niña rica que me hospedaba allí, aprendiendo comportamiento, protocolo, manejo de los cubiertos y cortesía en general.

Ese aprendizaje que viví con ella,me convirtió en la persona que soy ahora...

Atenta a la moda , a la imagen, a su cuidado personal, a sus impecables uñas, a su corte de pelo y a sus elegantes trajes, ella marcó paso a paso mis primeros balbuceos en mi niñez.

Ahora que viéndola debilitada por la terrible enfermedad que es un cáncer fulminante, día a día me consumía a la vez que ella se deterioraba más y más.

Su muerte tan repentina, un día sin esperarlo después de comer y tras cerrar sus ojos nos ha dejado con el alma vacía, y sin lágrimas.
Aunque me alegro no haberla visto sufrir más.

Querida tita María no sé cómo voy a vivir sin ti, espero que siempre estés a mi lado porque
yo te necesito mucho.

Nunca,nunca olvidaré cada palabra tuya...

Te quiero mucho y continuaré con tu legado. 










Mil besos y vela siempre por nosotros...

2 comentarios:

  1. No tengo palabras para consolarte porque el duelo es un proceso que tienes que afrontar tú. Pero ya sabes mis creencias y en lo que sí creo profundamente, es en que nuestros seres queridos siguen viviendo en nosotros, más cuanto más nos aportaron. Y por lo que te conozco, y lo que me has contado de ella, sé que una parte muy, muy grande, seguirá contigo.
    Un besazo, amiga.

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